martes, 3 de marzo de 2009

Decir magenta es transportarmeal precipicio de tus manos,al abismo y a esa garra ofreciéndome el orbede tu lengua y de tu boca:¿Entonces sera flaqueza?Pensar magenta es convocar cómplices soledades que entre dos dan esta urgenciade piel extasiada y de alma insatisfecha. Se hace la penumbra, te haces tú a mis espaldasy un arcángel rubio anuncia un prodigio de esperanza.Deshelas el ojo en mi frente,floreces lotos en mi vientre,tatuas el triángulo invertidode tus manos en mi pecho.Me dejas la tímida certeza de saberme más que el restopero menos que la mayoría.

Querer así debería estar prohibido.

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